Atendiendo alumn@s es una sección en la que nos acercamos, a través de
un cuestionario, a profesores y profesoras que nos
cuenten sus experiencias y opiniones sobre la atención a la diversidad del alumnado en el aula
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En esta ocasión, nuestra protagonista es Rafi Jiménez Pérez, Profesora de Lengua Castellana y Literatura en el
IES Las Viñas de Moriles.
1. ¿Qué consideras fundamental para atender a todo el alumnado y con ello dar respuesta a las necesidades que requiere?
Creo que un elemento fundamental es la ratio. Sería mucho más efectiva una clase con un número reducido de alumnos/as en la que pudieras atender las distintas necesidades de cada uno sin problemas, acentuando y teniendo en cuenta los gustos y virtudes de cada uno de ellos. Para ello, se podría trabajar con actividades diversificadas de forma que sea el propio alumno el que construya sus conocimientos en base a una pregunta o una leve información inicial.
2. ¿Cómo distribuyes el tiempo, las funciones del alumnado y su ubicación en el aula para facilitar el dinamismo de la clase?
Hasta ahora, he ido programando los contenidos propios de cada nivel a lo largo del curso escolar de forma que se trabajaban tres a cuatro temas por trimestre en las cuatro horas semanales de la asignatura de Lengua Castellana y Literatura en la ESO (tres en el caso de 4º). Cada vez más, tengo en cuenta los criterios de evaluación en lugar de los contenidos, que me permite trabajar de forma más diversificada con actividades variadas que atraen más al alumnado. No se trata de dar teóricamente en clase todos los contenidos, sino de adquirir las destrezas básicas para enfrentarse a los mismos. De esta forma, vamos dedicando cada vez más tiempo al trabajo cooperativo (cada alumno desempeña un papel dentro de su grupo) desarrollando actividades prácticas relacionadas con la expresión oral, escrita, la capacidad de síntesis… No obstante, el mobiliario y distribución de la clase dificulta a veces estas tareas, por lo que tenemos que movernos a zonas más amplias como la Biblioteca o el SUM (salón de usos múltiples).
3. ¿Qué factores son los que más afectan a la atención e implicación del alumnado? (número de alumnos, heterogeneidad, horas semanales de la materia, exigencias de cumplimiento de la programación…)
Normalmente al alumno le cuesta trabajo prestar atención ante una explicación teórica, aunque sea más o menos breve, puesto que normalmente son temas que no les interesan especialmente en su vida cotidiana. Es necesario acercarles la información a su experiencia, contárselo de forma que les “toque” de algún modo. En este sentido, es fundamental el trabajo de los sentimientos y las emociones en clase. De igual modo, la actitud del profesor ha de ser motivadora siempre desde que entramos por la puerta de clase: siempre con una sonrisa y con ganas de enseñarles y que nos enseñen.
4. ¿Cómo actúas ante el alumnado con comportamientos disruptivos? ¿Qué soluciones son las que mejor resultado te han dado?
Es muy difícil contestar porque no siempre recibimos igual este tipo de comportamientos y a veces se pasa mal. No obstante, la solución mejor es intentar comprender y empatizar con este tipo de alumnos desde el principio, conectar con ellos. No modificar nuestra buena actitud y predisposición ante ellos. No borrar la sonrisa.
Algo fundamental que normalmente funciona es darles responsabilidades, que ellos sientan que forman parte de algo y que depende de ellos el que vaya bien o mal.
5. ¿Qué recursos de los que usas se adaptan mejor a tu alumnado? (TIC, materiales elaborados por ti, musicales, literarios, audiovisuales, yincana, teatro, actividades fuera del centro…)
Todos los recursos que se alejan un poco de la clase magistral les suelen llamar más la atención y se muestran receptores. Obviamente, hoy en día es fundamental el uso de las TIC, puesto que el alumnado está muy familiarizado con ellas y es una fuente inagotable de actividades diversas. Pero cualquier acercamiento al cine, al teatro, a la música o a actividades complementarias de cualquier tipo suelen ser bien recibidas.
6. ¿Cómo consideras el intercambio de información, de experiencias, materiales y recursos, y el trabajo en equipo para la mejora de tu práctica docente?
Es muy importante el trabajo en equipo porque motiva enormemente al alumnado ante la realización de una actividad o la comprensión de un tema. Si ellos son los que se preocupan de buscar y comprender la información, les cuesta menos trabajo procesarla y retenerla. Obviamente, es bueno que luego sea reforzada con alguna explicación del profesor y con la resolución de las dudas pertinentes.
También es muy interesante que se potencie cada vez más el trabajo entre departamentos e incluso entre centros.
7. ¿Evalúas a todo el alumnado por igual? ¿Incluyes la evaluación de las estrategias puestas en marcha para su posterior mejora? ¿Cómo lo haces?
Obviamente, al comienzo de curso hemos de presentar en nuestra programación los criterios de evaluación y de calificación, estándares, instrumentos… que vamos a utilizar para evaluar a nuestro alumnado; siempre teniendo en cuenta la diversidad del mismo y las sugerencias del equipo de orientación del centro que informa de las necesidades propias de ciertos alumnos a los que hay que aplicar alguna adaptación.
Igualmente, en cada departamento se van teniendo en cuenta los resultados y se aplican las propuestas de mejora pertinentes, por lo que se suele hacer una autoevaluación de nuestro trabajo. Lo mismo ocurre a nivel de centro, a través del Plan de Centro.
No obstante, hoy en día el tema de la evaluación está en proceso de cambio y, como podemos, nos vamos adaptando a las nuevas formas de evaluar.
8. ¿Qué experiencias de las que has planteado han sido más exitosas para la consecución de los objetivos? ¿Destacarías alguna experiencia por su carácter innovador?
Hay varias experiencias que me han funcionado y que he ido nombrando ya a lo largo de este cuestionario:
1) Actitud positiva y agradable del profesor: sonrisa.
2) Trabajo en grupos de búsqueda de información y comprensión de textos.
3) Participación del alumnado en actividades complementarias como teatros, lecturas dramatizadas, ghimkanas…
4) Empatía con el alumnado.
5) Trabajo cooperativo entre departamentos y con los Planes y Proyectos del Centro.
Durante el curso 2016-2017 un grupo de profesores llevamos a cabo un grupo de trabajo titulado: “Neuroeducación. Mindfulness y Educación emocional en el aula” con resultados muy favorecedores. Desde que comenzamos con las actividades programadas, los alumnos/as fueron adaptándose y comprendiendo cada vez mejor la importancia de las mismas y han ido pidiéndolas cuando las necesitaban para relajarse y concentrarse en el trabajo. Por otra parte, la educación del siglo XXI no debe ceñirse a los contenidos propios de cada materia; es necesaria la educación de las emociones. El alumnado debe conocer su mente y debe poder controlarse y saber relajarse en situaciones de estrés; tiene que reconocer sus emociones para poder aceptar y controlar su vida.