Reflexiones sobre la formación inicial del profesorado, por Antonio Raya Trenas, profesor del Departamento de Psicología en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Córdoba.
¿Cómo podríamos aumentar la calidad de nuestro sistema educativo desde la formación inicial del profesorado?
Basta con encender el televisor o echar una ojeada a un periódico para obtener una buena dosis de pesimismo, de derrotismo, de rabia y de impotencia, al ver como en estos años se están generalizando situaciones que antes eran bastante marginales. Hambre, enfermedades, empobrecimiento progresivo, desahucios y, por supuesto, deterioro del estado del bienestar y de los recursos públicos. Este último aspecto es el que mayor oportunidad estoy teniendo de presenciar, pues este empobrecimiento progresivo de los recursos públicos afecta tanto a mi vida personal como, sobre todo, a la profesional.
Desde mi posición como profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCO, recibo cada nuevo curso, junto con mis compañeros y compañeras, un aluvión de nuevas ilusiones materializadas en chicos y chicas que quieren convertirse en maestros y maestras, y familias que hacen un esfuerzo cada vez más grande en su empeño de no sucumbir ante una realidad, jamás vivida por los de mi generación, y que a día de hoy podemos dar por asumida: las actuales promociones de titulados superiores tienen una perspectiva peor que las pasadas.
Desde mi posición como profesor en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCO, recibo cada nuevo curso, junto con mis compañeros y compañeras, un aluvión de nuevas ilusiones materializadas en chicos y chicas que quieren convertirse en maestros y maestras, y familias que hacen un esfuerzo cada vez más grande en su empeño de no sucumbir ante una realidad, jamás vivida por los de mi generación, y que a día de hoy podemos dar por asumida: las actuales promociones de titulados superiores tienen una perspectiva peor que las pasadas.
Cada nuevo curso ingresan sólo en los grados de maestro de mi facultad casi 500 alumnos, de los que un altísimo porcentaje consiguen terminar con éxito. Se estima que este año, en el que terminará la primera promoción de graduados en educación infantil y primaria, saldrán de mi facultad unos 400 nuevos maestros (unos 20.000 si sumamos los que saldrán del conjunto de las universidades andaluzas). ¿Necesita Andalucía 20.000 nuevos maestros cada año? Basta con echarle un vistazo a las ofertas de empleo público para encontrar la respuesta.