miércoles, 10 de octubre de 2018

Editorial 07

Cobertura educativa de los teléfonos móviles: ¿se cuelan en la escuela?

Hace años, no muchos, desde que se generalizó masivamente el uso de los teléfonos móviles, comenzaron a surgir diferentes posiciones y pareceres en torno a la forma de utilizarlos, se defendían sus ventajas y el innegable avance en la intercomunicación personal al mismo tiempo que se alertaba sobre el uso abusivo y la excesiva dependencia de los que se han convertido en nuestros nuevos apéndices.
No hay un ámbito de nuestras vidas en el que no esté implantado su uso; sea para comprar o vender, consultar fechas, lugares, hechos, agendas y museos de todo el mundo, pedir cita médica, realizar gestiones bancarias o firmar nuestra declaración anual de renta…todo esto es una muestra de lo que realizamos con nuestras pequeñas prolongaciones digitales.
En el mundo de la educación, en todos sus niveles, el impacto es extraordinario, pues su uso por parte de la población infantil y juvenil está alcanzando cotas muy elevadas. El siguiente párrafo corresponde al informe del INE (Instituto nacional de estadística) de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. Año 2017.
La proporción de uso de tecnologías de información por la población infantil (de 10 a 15 años) es, en general, muy elevada. Así, el uso de ordenador entre los menores está muy extendido (92,4%), y más aún el uso de Internet (95,1%). Como en 2016, el número de menores usuarios de Internet supera al de ordenador. Por sexo, las diferencias son poco significativas. Por edades, los resultados sugieren que el uso de ordenador e Internet es una práctica mayoritaria en edades anteriores a 10 años. Por su parte, la disposición de teléfono móvil se incrementa significativamente a partir de los 10 años, hasta alcanzar el 94,0% en la población de 15 años.

La prohibición de móviles en las escuelas de nuestro país vecino, Francia, nos ha sorprendido y ha calado en nuestra sociedad. La noticia ha suscitado el interés de familias, jóvenes y docentes que están al tanto y viven día a día la realidad de las aulas en las que los teléfonos móviles laten y suenan junto a cada alumno y alumna  como una presencia viva que gestiona, desarrolla y pone en circulación, o mejor sería decir en  red, sentimientos y deseos no siempre edificantes. Gran parte del profesorado anhela encauzar esa pasmosa habilidad digital de un alumnado nativo en las tecnologías de la información y comunicación (TIC) hacia la construcción del propio aprendizaje, pero este enunciado precisa de un desarrollo complejo y cabe preguntarse si las políticas educativas van por este camino.
Pocos días después de publicarse esta noticia, la ministra de Educación, Isabel Celáa, anunció que el gobierno de España estudiaría la conveniencia de una medida similar en nuestro país, si bien reconoció que había  un alto grado de controversia en torno a la conveniencia de prohibir los móviles en las escuelas.

Desde estas páginas queremos iniciar el curso promoviendo diálogos  sobre un tema que afecta muy profundamente a la educación como es el uso de móviles.
Por un lado, dan acceso a multitud de información y aplicaciones que permiten mejorar las metodologías y adaptarlas a la realidad social, a la vez que las hacen más cercanas y motivadoras para el alumnado y ayudan a un aprendizaje más personalizado. A esto se puede añadir el fomento de un uso responsable de estos dispositivos desde el aula y, por ende, una mejor preparación de los estudiantes para desarrollarse como seres humanos en la sociedad en la que están inmersos.
Por otro lado, factores como la distracción que causan en las clases, los casos de ciberacoso relacionados con su mal uso, el desconocimiento sobre la inseguridad de redes sociales y foros en los que perfiles criminales cibernéticos campan a sus anchas, el fomento del sedentarismo o la definición de estatus sociales dentro del aula, desaconsejan su utilización, no solo en los centros educativos, sino por parte de los niños y adolescentes en general.

Desde Educan 2.0 no tenemos duda: dado que la tecnología móvil, que ha llegado a nuestras vidas para quedarse por mucho tiempo, se ha colado en la escuela, planteamos reflexionar juntos sobre los pros y los contras de su utilización, al tiempo que vamos regulando y si, procede, acotando o prohibiendo. Y puesto que el uso del móvil es generalizado en todas las edades, todo el mundo tiene sus propias experiencias y cada cual lo utiliza a su manera, según le interesa en cada momento, os proponemos reflexionar y compartir experiencias y puntos de vista sobre cuestiones como, por ejemplo:
- Las posibilidades didácticas de los dispositivos de audio, vídeo y fotografía incorporados al móvil.
- Las ventajas y los inconvenientes de disponer en un solo dispositivo de herramientas de uso común como agendas, diccionarios, calculadoras, mapas, enciclopedias digitales, traductores, asistentes matemáticos, etc.
- La oportunidad de poder consultar información textual y gráfica a través de internet en clase y en casa.
- La utilidad de incorporar realidades virtuales, simulaciones y aplicaciones didácticas específicas por áreas y materias al proceso de enseñanza y aprendizaje.
- Los pros y los contras de utilizar el móvil para facilitar el aprendizaje colaborativo en el aula, y el intercambio de experiencias y la realización de proyectos conjuntos entre centros de distintas realidades geográficas o socioculturales.
- La necesidad de huir de la improvisación, incorporando a las programaciones de las asignaturas y a la programación general del centro las actividades con móvil, describiendo sus aportaciones al proceso de enseñanza-aprendizaje y a la formación del alumnado en el uso crítico y responsable de esa tecnología.

Pero, ¿mejora sustantivamente el aprendizaje en edad escolar el uso de Internet y las TIC en general? ¿Están relacionados los teléfonos móviles con los episodios de acoso escolar? ¿La edad condiciona la forma de uso de móviles? ¿Sería adecuado privar al alumnado de los niveles superiores del uso de una herramienta que utiliza a diario en su vida cotidiana y que tiene un gran potencial formativo, comunicativo y de acceso al conocimiento? ¿Es realmente un recurso interesante para el alumnado de los cursos más bajos? ¿Sería adecuado privar al profesorado de ese recurso didáctico? ¿Y al resto de la comunidad educativa? ¿Cómo valoramos que padres y madres se valgan del móvil para contactar con el profesor/tutor o consultar la plataforma educativa del centro? ¿O el hecho de que, por iniciativa propia, decidan crear el “grupo de whatsapp de padres y madres de clase” para intercambiar información y comunicarse? ¿De qué forma se relacionan nuestras hijas e hijos con sus móviles y con Internet? ¿Se comparte en la familia la información que proporciona Internet o las aplicaciones para móviles? ¿No sería lo más conveniente facilitar el acceso a las tecnologías móviles, regulando su uso en función de ventajas, inconvenientes y el nivel educativo para evitar efectos no deseados?

Las aportaciones sobre estos interrogantes u otros que puedan plantearse seguro que motivarán nuestro ánimo de participar activamente en el apasionante mundo de la educación y el de nuestros lectores a colaborar en este intenso y actual debate. ¡Feliz curso!

1 comentarios:

Joaquín Sánchez dijo...

Tengo una respuesta clara a todas las cuestiones, como profesor y como padre: fuera los móviles de los centros educativos. Todas las ventajas que describe el artículo, que no niego, se quedan inmediatamente eclipsadas por la bomba de relojería que supone que un adolescente inmaduro tenga ese aparato consigo durante toda la jornada. ¿Fomentar el uso responsable? Seamos serios, los alumnos están hasta las narices de los siete mil talleres que llegan cada año a los institutos hablando del consumo responsable, de ser responsables en las relaciones sexuales, del uso irresponsable de las redes sociales y pasan un kilo del tema. Es cierto que muchos serán responsables pero con uno, dos o tres que no lo sean ya tenemos el circo montado. De verdad, compañeros ¿tan imprescindible es un móvil para dar una clase? Disponemos de pizarra digital, de ordenadores, fotocopias, nuestros libros de papel. Si acaso, podemos recomendar esas actividades para casa. Y por favor, si los padres intentamos convencer a nuestros hijos de que dejen el móvil apagadito en casa por la mañana, no nos desautoricéis con peticiones de que se lo lleven a clase, no sois conscientes de los problemas que podéis crear.

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