Aprender idiomas, ¿para qué? ¿por qué?, por Juan Luis Gómez Carvajal, profesor de Francés y director del IES Profesor Tierno Galván de La Rambla.
Los idiomas son más que un medio de comunicación. Son un reflejo singular de la visión del mundo de las personas que lo hablan, un vehículo de expresión cultural y un depósito del sistema de valores de quienes lo dominan, en el que se enmarca su identidad. Tal vez es el más humano de los rasgos del hombre. Cómo somos está estrechamente relacionado con el o los idiomas que hablamos. La competencia lingüística en castellano es fundamental para conseguir alcanzar resultados satisfactorios en cualquier campo. Es decir, es un requisito previo, es una competencia instrumental para alcanzar las otras. Por otro lado, el aprendizaje de una lengua extranjera también contribuye a la adquisición de las competencias básicas, como la lingüística, la cultural y artística, la competencia para aprender a aprender y la autonomía e iniciativa personal. La sociedad actual donde vivimos se caracteriza por una mayor y extensa movilidad, ya sea ésta territorial (mercados económicos más amplios, posibilidades educativas en el extranjero) o bien digital (Internet, redes sociales).
Nuestra integración en Europa, sumada al proceso de globalización, no ha hecho más que acentuar un mayor contacto plurilingüístico y multicultural para el que nuestro alumnado debe estar preparado dentro de su capacitación general. Nuestro sistema educativo no ha sido ajeno a todas estas circunstancias y la apuesta por el aprendizaje de idiomas extranjeros se ha reflejado en el peso de los mismos en el currículum (aumento de las horas lectivas) y en la metodología para impartirlos.
El Marco Común Europeo de referencia para las lenguas (MCERL) forma parte esencial del proyecto general de política lingüística del Consejo de Europa, que ha desarrollado un considerable y bien fundamentado esfuerzo por la unificación de directrices para el aprendizaje y la enseñanza de lenguas dentro del contexto europeo. Se han establecido así unos niveles de dominio de una lengua extranjera que son los estándares que se utilizan en todos los países de la Unión Europea. Así, para obtener el Grado de cualquier especialidad universitaria nuestros jóvenes deben de tener el nivel B1 mencionado.
Como ya dijimos anteriormente la metodología también ha cambiado. El énfasis ya no está en la lengua extranjera en sí, sino en su capacidad de comunicar y transmitir conocimiento. Se trata pues de trabajar con objetivos comunicativos y tareas en los que los alumnos deben aprender a comunicar en determinados contextos.
Por otro lado, un porcentaje importante de los centros educativos de primaria y secundaria ha optado por la enseñanza bilingüe, es decir, por mejorar la enseñanza de un idioma extranjero mediante la impartición de una parte de algunas asignaturas en el mismo. O sea, se utiliza la lengua extranjera para impartir una parte de asignaturas como sociales o naturales. Es el enfoque AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos de Lenguas Extranjeras), que proporciona la naturalidad necesaria para que haya un uso espontáneo del idioma en el aula ya que las clases de las Áreas No Lingüísticas se convierten en una oportunidad de experimentar, utilizar y emplear habilidades comunicativas en el marco escolar. Siempre hemos de recordar que no se trata de meras traducciones de textos o ejercicios, sino de un auténtico uso de las lenguas extranjeras para comunicar. En el primer idioma su capacidad comunicativa alcanzada debería de ser el B1 en 4º de la ESO y el B2 en 2º. de Bachillerato
El Marco Común Europeo de referencia para las lenguas (MCERL) forma parte esencial del proyecto general de política lingüística del Consejo de Europa, que ha desarrollado un considerable y bien fundamentado esfuerzo por la unificación de directrices para el aprendizaje y la enseñanza de lenguas dentro del contexto europeo. Se han establecido así unos niveles de dominio de una lengua extranjera que son los estándares que se utilizan en todos los países de la Unión Europea. Así, para obtener el Grado de cualquier especialidad universitaria nuestros jóvenes deben de tener el nivel B1 mencionado.
Como ya dijimos anteriormente la metodología también ha cambiado. El énfasis ya no está en la lengua extranjera en sí, sino en su capacidad de comunicar y transmitir conocimiento. Se trata pues de trabajar con objetivos comunicativos y tareas en los que los alumnos deben aprender a comunicar en determinados contextos.
Por otro lado, un porcentaje importante de los centros educativos de primaria y secundaria ha optado por la enseñanza bilingüe, es decir, por mejorar la enseñanza de un idioma extranjero mediante la impartición de una parte de algunas asignaturas en el mismo. O sea, se utiliza la lengua extranjera para impartir una parte de asignaturas como sociales o naturales. Es el enfoque AICLE (Aprendizaje Integrado de Contenidos de Lenguas Extranjeras), que proporciona la naturalidad necesaria para que haya un uso espontáneo del idioma en el aula ya que las clases de las Áreas No Lingüísticas se convierten en una oportunidad de experimentar, utilizar y emplear habilidades comunicativas en el marco escolar. Siempre hemos de recordar que no se trata de meras traducciones de textos o ejercicios, sino de un auténtico uso de las lenguas extranjeras para comunicar. En el primer idioma su capacidad comunicativa alcanzada debería de ser el B1 en 4º de la ESO y el B2 en 2º. de Bachillerato
El alumnado de secundaria tiene la posibilidad de cursar una segunda lengua extranjera. Además de inglés, francés y alemán, en algunos centros educativos se ofrece italiano, árabe y portugués. En estas etapas el alumnado debe ir esforzándose para mejorar su producción, ya sea ésta escrita u oral. El objetivo a conseguir en el segundo idioma es que el alumnado al término de 4º ESO tenga al menos un nivel A2 y al finalizar 2º Bachillerato alcance un nivel B1 (según el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas).
La administración educativa andaluza ha implantado el segundo idioma extranjero en la etapa de primaria, hecho novedoso y singular en el entorno de la Unión Europea, haciendo una clara apuesta por el plurilingüismo, pues se entiende que al finalizar la etapa de la ESO y del Bachillerato las nuevas generaciones de andaluces tendrán unos conocimientos medios de inglés y unos básicos de un segundo idioma, que ordinariamente suele ser el francés.
Quisiera hacer pues desde aquí una invitación al aprendizaje de lenguas extranjeras, no solamente a nivel escolar, sino a cualquier edad, pues a las razones prácticas o culturales se le suman los últimos descubrimientos en neurolingüística, que desvelan que el aprendizaje de idiomas es beneficioso para el cuerpo y la mente, ya que entre otros aspectos moviliza más áreas cerebrales, favoreciendo la agilidad mental y aumentando la capacidad de concentración y de atención.
La administración educativa andaluza ha implantado el segundo idioma extranjero en la etapa de primaria, hecho novedoso y singular en el entorno de la Unión Europea, haciendo una clara apuesta por el plurilingüismo, pues se entiende que al finalizar la etapa de la ESO y del Bachillerato las nuevas generaciones de andaluces tendrán unos conocimientos medios de inglés y unos básicos de un segundo idioma, que ordinariamente suele ser el francés.
Quisiera hacer pues desde aquí una invitación al aprendizaje de lenguas extranjeras, no solamente a nivel escolar, sino a cualquier edad, pues a las razones prácticas o culturales se le suman los últimos descubrimientos en neurolingüística, que desvelan que el aprendizaje de idiomas es beneficioso para el cuerpo y la mente, ya que entre otros aspectos moviliza más áreas cerebrales, favoreciendo la agilidad mental y aumentando la capacidad de concentración y de atención.
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