miércoles, 18 de enero de 2017

"Abriendo puertas a Europa": una experiencia de movilidad KA1. Por Rafael Mendoza Yusta

"Abriendo puertas a Europa": una experiencia de movilidad KA1. Por Rafael Mendoza Yusta, profesor de Geografía e Historia del IES Medina Azahara de Córdoba.

En la actualidad el profesorado del s. XXI se encuentra en un entorno cambiante y exigente, requiriendo una constante actualización de conocimientos para poder desarrollar con efectividad su labor docente. En este sentido los programas europeos le brindan una magnífica oportunidad para adquirir una valiosa experiencia a nivel personal y profesional.
Precisamente parte del profesorado del IES Medina Azahara de Córdoba entre los que me incluyo, un Centro bilingüe inglés de decidida vocación internacional y que cuenta con una contrastada experiencia en este tipo de programas, ha disfrutado de una beca de movilidad KA1 (Key Action 1), dentro de la iniciativa Erasmus + (unificadora de los anteriores programas Comenius, Erasmus, Grundtvig o Leonardo), que permite un amplio abanico de actividades formativas que van desde los cursos estructurados de formación y perfeccionamiento (“School Education Gateway” es una plataforma muy empleada para su búsqueda), las estancias formativas de observación en centros extranjeros (llamadas “Job Shadowing”), o la realización de proyectos educativos en conjunción con otros institutos europeos bajo la modalidad KA2 (Key Action 2), con ayuda de portales europeos como eTwinning.
En mi caso se ha tratado de un curso estructurado de los anteriormente señalados titulado: “CLIL HUMANITIES”, de dos semanas de duración, impartido durante el pasado mes de agosto en Cheltenham (Reino Unido) por prestigiosos profesionales en la materia como la Doctora Diana Hicks o Graham Workman, y organizado por una institución con amplia experiencia en el sector (International Study Programmes). Desde mi punto de vista la experiencia ha sido muy satisfactoria puesto que las clases han tenido un enfoque eminentemente práctico y he conocido numerosas técnicas y recursos que poder emplear en el día a día de mi labor docente (Traffic lights, Dictogloss, Concept chains, Jigsaw Reading, etc.). Además dentro del programa estaban incluidas una serie de visitas culturales (desde minas musealizadas como las de Blaenavon en Gales o la ciudad-spa de Cheltenham, hasta las termas romanas de Bath), que me han permitido conocer el patrimonio de la región para difundirlo entre mi alumnado.
Otro de los aspectos más enriquecedores ha sido el hecho de tener la oportunidad de conocer sistemas educativos distintos al español, principalmente el británico al tratar sobre este aspecto alguno de los módulos del curso; pero también cuáles son las condiciones laborales, currículo, sistema organizativo, recursos o metodología empleada en otros países de la UE, dado que asistíamos docentes de países tan variados como Alemania, España, Hungría, Italia, Polonia o República Checa entre otros, e incluso países extracomunitarios como Japón. Este contacto con otros profesores se ha revelado además muy interesante, ya que se ha creado una red de contactos con vistas a llevar a cabo en el futuro proyectos europeos conjuntamente.
Por último dos semanas en Reino Unido conviviendo no sólo con otros docentes que emplean el inglés como lengua vehicular, sino con una familia inglesa de acogida (no es obligatorio pero sí muy recomendable al facilitar la integración en la cultura del país), permiten una inmersión lingüística que, aunque insuficiente por la corta duración, favorece la adquisición de vocabulario y fluidez en el idioma, aspecto muy a tener en cuenta para el profesorado que impartimos enseñanzas bilingües.
Por todos los motivos anteriormente expuestos, considero que se trata de una vivencia muy valiosa que volvería gustosamente a repetir. De hecho en la actualidad el IES Medina Azahara se encuentra inmerso en la redacción de nuevos proyectos europeos para presentarlos en la convocatoria de 2017, cuyo propósito es seguir internacionalizando el Centro.
Indudablemente todo ello requiere un minucioso y largo proceso que comienza por detectar las necesidades formativas del profesorado y el alumnado, sigue con la redacción de un Plan de Desarrollo Europeo que es necesario integrar en el Plan de Centro, continúa con la obtención del PIC (“Participant Identification Code”), y concluye con la redacción del proyecto en sí, enviándolo para su valoración al SEPIE (Servicio Español para la Internacionalización de la Educación); una tarea por tanto ardua que requiere la conformación de una comisión liderada por un equipo directivo y el apoyo de profesores motivados, todo ello sin garantía alguna de que se consiga el objetivo deseado, que no es otro que el de la aprobación del proyecto. Es más, lo más probable es que fruto de la inexperiencia, la primera vez que un centro elabore un proyecto la puntuación alcanzada no sea demasiado alta y, dado que se trata de un proceso competitivo con otros centros españoles, sea denegado. En este caso recomiendo que no se pierda la esperanza y que se mejoren los puntos débiles (en los que menos puntuación se ha alcanzado), para presentarlo en la convocatoria siguiente.
En suma, aunque se trata de un trabajo costoso en sus fases iniciales, el resultado excede con creces el esfuerzo realizado, ya que permite una mejora profesional del profesorado, que además ve reflejados los aprendizajes adquiridos a través de herramientas como Europass (un instrumento europeo que garantiza las cualificaciones y competencias alcanzadas con el fin de facilitar las oportunidades de estudiar o trabajar en el extranjero) de cara a su promoción futura, a la vez que se convierte en un medio de motivación para el mismo y del que en definitiva se benefician tanto el alumnado como el resto de la Comunidad Educativa.

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