miércoles, 10 de febrero de 2016

Hablar sobre educación no es educar, hablar sobre aprendizaje no es aprender. Por Carolina Pérez Dueñas

Hablar sobre educación no es educar, hablar sobre aprendizaje no es aprender. Por Carolina Pérez Dueñas, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba.

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo" (Benjamin Franklin)

Rodeados como estamos de información, de recursos disponibles, de tecnologías, etc... es frecuente que olvidemos lo esencial. Pero ¿qué es lo esencial en el contexto de la educación o más concretamente del aprendizaje? Sin duda alguna, lo más importante de la educación y del aprendizaje es la acción. Cualquier autodenominado aprendizaje que no tenga como centro de referencia el hacer, estará lejos de poder darse a sí mismo ese nombre.
Pero esa posición central de la acción dentro del proceso de aprendizaje, no debe interpretarse ni confundirse con el "activismo" del hacer por hacer, sin rumbo ni sentido tan tristemente extendido en el sistema educativo. De hecho, la acción sólo debe iniciarse tras haber delimitado claramente qué pretendemos conseguir, cuáles son nuestros objetivos y tras haber investigado seria y concienzudamente sobre qué se ha demostrado eficaz para conseguir tales metas. Dicho en otras palabras, hay que fijar un rumbo, una dirección hacia donde queremos dirigirnos como educadores para, a continuación, preguntarnos ¿qué pasos están en esa dirección, cuáles nos acercan a nuestro destino?
Lo que respondamos, lo que queramos conseguir y qué pasos nos acerquen a ello determinará nuestra acción. Este artículo pretende mostrar un ejemplo de eso, de cómo a través de la acción que se sostiene en la investigación se involucra a toda la comunidad educativa en el proceso de aprendizaje, y con ello se consigue avanzar en habilidades y competencias.
Ese papel central de la acción como elemento necesario para que se produzca un aprendizaje significativo incluye la necesidad de poner al estudiante como centro de dicho proceso. Es él quien debe protagonizar la acción y, por tanto, su propio aprendizaje.
Con estos tres elementos vertebradores, la acción, la investigación y la centralidad del alumno en el proceso de aprendizaje, se realizó en la Universidad de Córdoba, concretamente en la Facultad de Ciencias de la Educación la experiencia "El Congreso de Alumnos: Un Instrumento de comunicación científica como herramienta de aprendizaje activo y de investigación".
Este proyecto ha permitido la realización de un Congreso Científico donde alumnado que cursa distintas asignaturas de Psicología en los grados de Educación Infantil y Primaria, impartidos en la Facultad de Ciencias de la Educación, ha sido el protagonista de las presentaciones orales, así como de los póster científicos sobre temáticas diversas que han tenido como eje fundamental a la Psicología en el ámbito educativo.
La metodología utilizada en el proyecto ha sido la siguiente:
1. Aprendizaje Activo-Autónomo. Se ha hecho especial énfasis en el aprendizaje centrado en la  actividad del alumno como protagonista del proceso de aprendizaje.
2. Tutorización y Orientación Efectiva, utilizando el feedback constructivo que sirva para mejorar la ejecución a través del esfuerzo y la retroalimentación.
3. Práctica y entrenamiento en Habilidades (Alverno College, 2003). Los alumnos “se hacen conscientes” (meta-cognición) de qué habilidades tienen más desarrolladas y cuáles deben practicar en mayor medida.
Entre los principales resultados que se obtuvieron de la aplicación de esta metodología basada en la investigación y el aprendizaje activo y autónomo, la cual guió la elaboración de cada uno de los trabajos expuestos durante el Congreso, caben destacar la mejora en las habilidades necesarias tanto para la búsqueda de información relavante y válida dentro del tema elegido así como las necesarias para exponer un trabajo y defenderlo de forma escrita y oral.
En el mundo de infoxicación en el que vivimos, resulta fundamental que los niños y jóvenes aprendan a diferenciar la información válida del mero "ruido" cuando no del bulo o la mentira. Con el trabajo de investigación previo, se pudo practicar un comportamiento de búsqueda crítica que ha permitido conocer herramientas que los orientarán cuando necesiten encontrar información valiosa.
Por otro lado, la presentación (oral/escrita) de los trabajos ha supuesto un trabajo de exposición a sus propias emociones, sus nervios, su miedo a hablar en público, que, más allá del resultado concreto de cada presentación, ha supuesto una oportunidad para practicar habilidades sumamente relevantes en cuanto a la comunicación y la gestión emocional.
Además del alumnado y el profesorado de la Facultad de Ciencias de la Educación, participaron como ponentes invitados la profesora Dña. Rafaela Mañero, maestra del CEIP Fernán Pérez Oliva de Córdoba, impartiendo la conferencia plenaria “Técnicas de relajación y de atención plena en el aula” y el maestro, escritor, formador y conferenciante D. José María Toro, deleitándonos con la conferencia “El corazón como espacio para la vocación y la entrega del maestro”. La participación de estos dos grandes profesionales de la educación permitió eliminar las barreras existentes entre alumnado-profesorado-profesionales y establecer un vínculo común hacia el crecimiento de las buenas prácticas docentes.
Si bien la experiencia educativa que se ha mencionado se realizó en un contexto universitario y con un contenido dirigido a temáticas propias de este ámbito, con modificaciones, considero que este experiencia es aplicable a los IES e, incluso, cursos superiores de Primaria. De hecho, muchas de las barreras y dificultades detectadas entre los alumnos de Grado durante la realización de este "Congreso" se habrían reducido significativamente de haberse realizado experiencias similares u otras que movilizaran habilidades y competencias como las aquí descritas.
Desde la Universidad, hago un humilde pero convencido llamamiento: dad la oportunidad a vuestros alumnos de ser protagonistas de su propio aprendizaje, involucradlos, hacedlos responsables del mismo. Acompañadlos en ese viaje, como catalizadores de su educación, pero con la visión puesta en su autonomía. Debemos ser conscientes de la época que nos ha tocado vivir, para saber detectar cuáles son las habilidades y competencias que serán más útiles a nuestros alumnos, aún cuando nosotros mismos no seamos ni habilidosos ni competentes, porque nadie supo ponernos a nosotros y nuestro aprendizaje en el centro.

0 comentarios:

Publicar un comentario