lunes, 14 de octubre de 2013

¿Son necesarias las evaluaciones externas?


Os dejamos a continuación dos visiones distintas sobre las evaluaciones externas, la primera de ellas entresacada de la introducción de la LOMCE y la segunda, del artículo de opinión "Lo ideal y lo real" de Miguel Ángel Santos Guerra, publicado en su blog "El Adarve", de La Opinión de Málaga, el pasado 5 de octubre de 2013.
Esperamos vuestras opiniones.
Estas pruebas tendrán un carácter formativo y de diagnóstico. Por un lado deben servir para garantizar que todos los alumnos alcancen los niveles de aprendizaje adecuados para el normal desenvolvimiento de la vida personal y profesional conforme el titulo pretendido, y además deben permitir orientar a los alumnos en sus decisiones escolares de acuerdo con los conocimientos y competencias que realmente posean. Por otro lado, estas pruebas normalizan los estándares de titulación en toda España, indicando de forma clara al conjunto de la comunidad educati va cuáles son los niveles de exigencia requeridos e introduciendo elementos de certeza, objetividad y comparabilidad de resultados. Además, proporcionan a los padres, a los centros y a las Administraciones educativas una valiosa información de cara a futuras decisiones. El objetivo de esta evaluación es la mejora del aprendizaje del alumno, de las medidas de gestión de los centros y de las políticas de las Administraciones.
La transparencia de los datos debe realizarse persiguiendo informar sobre el valor a ñadido de los centros en relación con las circunstancias socioeconómicas de su entorno y de manera especial sobre la evolución de éstos.
Las pruebas serán homologables a las que se realizan en el ámbito internacional y en especial a las de la OCDE y se centran en el nivel de adquisición de las competencias. Siguiendo las pautas internacionales, deberán ser cuidadosas en cualquier caso para poder medir los resultados del proceso de aprendizaje sin mermar la deseada autonomía de los centros, y deberán excluir la posibilidad de cualquier tipo de adiestramiento para su superación.
Las evaluaciones propuestas no agotan las posibilidades de evaluación dentro del sistema, si bien corresponderá a las Administraciones educativas la decisión sobre la realización de otras evaluaciones.
El éxito de la propuesta de evaluaciones consistirá en conseguir que ningún alumno encuentre ante ellas una barrera infranqueable. Cada prueba debe ofrecer opciones y pasarelas, de manera que nadie que quiera seguir aprendiendo pueda que dar, bajo ningún concepto, fuera del sistema.
En un viaje que he realizado no hace mucho a un país extranjero (mantendré por cortesía el anonimato) una profesor me entregó un largo documento con la relación de los colegios de ese país, ordenados según su calidad educativa.
Pregunté que cómo se había elaborado el ranking y la profesora me contestó que a través de un proceso de assessment. Es decir, a través de pruebas estandarizadas (iguales, pues, para todos) que se habían aplicado a los alumnos y alumnas de los colegios. Se habían comparado los resultados y se había hecho la clasificación.
Repasé detenidamente la lista y reparé en un hecho que me llamó la atención, ya que conocía uno de los cinco primeros Colegios de la lista. Ese Colegiose Colegio (privado, privadísimo) practica la xenofobia en el proceso de admisión de los alumnos: no admite etnias como la gitana. Es un Colegio elitista, al que no pueden acceder los hijos de familias pobres, ya que no pueden pagar ni la matrícula ni las mensualidades. Sé también que los alumnos y alumnas que no van bien, son instados a abandonarlo. “Por su bien” y “para no perjudicar a los demás”.
Me puse en contacto con un profesor que conozco y que, muy a su pesar, trabaja en ese Colegio. Le hablé de esa lista y de mis preocupaciones sobre el concepto de calidad que la había inspirado y añadió un poquito más de inquietud a mi desazón inicial. Me contó que la víspera de las pruebas, se había pedido a algunos alumnos y alumnas que al día siguiente no acudieran al Colegio porque iban a realizar unas pruebas para medir la calidad y que ellos podían dañar la imagen del Colegio.
Téngase en cuenta que una evaluación pobre genera una enseñanza pobre. Porque existe la tendencia de considerar la evaluación como un fin, no como un medio. Y así está sucediendo: que no se pone la evaluación al servicio del aprendizaje sino el aprendizaje al servicio de la evaluación.

2 comentarios:

Antonio Soriano dijo...

¿Son necesarias las evaluaciones?, diría yo en sentido general.
Para aprender necesitamos retroalimentación, tener información de si vamos bien o no, pero no necesitamos exámenes. Desde aquí, un recuerdo para un profesor, Paco Espadas, la primera persona que conocí (y a día de hoy, sigue siendo de las pocas) que se atrevió a responsabilizarnos de nuestro aprendizaje y de nuestra propia evaluación. Gracias.
Como se simplificaría todo sin tanta clasificación, evaluación, examen...

Valeriano Rosales dijo...

El profesorado de 4º de la ESO trabaja a diario con el alumnado y debe ser este el que indique si un alumnn@ puede obtener el título o no. Esta es una muestra de la importancia del profesorado para la sociedad que ni siquiera en la ley que más le atañe consigue mantenerse dignamente.

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