miércoles, 6 de febrero de 2013

Editorial 01

La educación es un bien público de primera importancia.

Suscribimos plenamente esta declaración previa del Anteproyecto de ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa contenida en la primera versión publicada oficialmente en septiembre de 2012. Posteriormente, en una segunda versión hecha pública a primeros de diciembre no aparece esta frase, si bien se corrigen las múltiples y reiteradas referencias a la educación como motor de competitividad, “La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país…”, para centrar las metas de la educación en otros aspectos de los que nos pueden dar ideas las siguientes frases textuales: “…formar personas autónomas, críticas, con pensamiento propio…Todos los alumnos tienen un sueño…Todas las personas jóvenes tienen un talento…”


El texto del ministro Wert está cosechando muchas objeciones, críticas y oposición desde multitud de colectivos relacionados con la educación. Citamos a continuación los aspectos que suscitan una mayor preocupación y son objeto de controversia, por lo que estimamos que sería conveniente un análisis más detenido en el que participaran los sectores interesados y se tomaran decisiones consensuadas que dieran lugar a una reforma estable en el tiempo con independencia del partido gobernante:

  • Si bien el aspecto académico más llamativo de la Reforma es la Reválida en 4º de ESO y 2º de Bachillerato, hay otras medidas menos conocidas pero que diferencian  académicamente al alumnado muy tempranamente en 3º de ESO, encontrándose obligados en esta edad a elegir entre las opciones académica y aplicada. 
  • El planteamiento errático y poco definido de la diversidad, aludiendo vagamente  a medidas de refuerzos educativos y a través de programas de mejora del aprendizaje y el rendimiento en el primer ciclo de la ESO consistente en una mera traslación de los actuales programas de diversificación de 3º y 4º a 2º y 3º, con lo que se espera que  este alumnado esté en disposición de cursar 4º de ESO con éxito, habiendo superado sus problemas de aprendizaje. 
  • Estímulo de la competitividad entre centros, rendición de cuentas y publicación de resultados que pueden promover una clasificación de los mismos según procedencia socioeconómica del alumnado, con el consiguiente desánimo y desmotivación en los centros educativos que aparezcan sistemáticamente en las últimas posiciones. 
Como dice Gimeno Sacristán, “la competición en el mercado requiere asumir las desigualdades, pero lo que tiene que hacer la educación es corregirlas”. 
Según la profesora de la universidad neoyorkina Diane Rabitch, la rendición de cuentas, con una visión estrecha, empobrece la enseñanza. 
  • Conflicto creado con las comunidades autónomas en los aspectos de fijar el currículum y pruebas de evaluación por pasar a ser competencia exclusiva del gobierno, y en el capítulo de la inmersión lingüística, especialmente sensible en Cataluña en estos momentos. 
  • Actualmente, el anteproyecto de reforma carece de memoria económica. La inversión en educación en términos de porcentaje de PIB ha sido baja históricamente en relación con los países de nuestro entorno. En 2008 el gasto en educación (primaria, secundaria y universidad) supuso en España el 4.6 % del PIB como media, cuando en la UE 15 es del 5.9% y en la OCDE y UE del 5.4.  Es de esperar que este diferencial se vaya reduciendo y quede reflejada en la memoria económica, evitando el empobrecimiento de la escuela pública como consecuencia de los actuales recortes. 
  • El tema del tratamiento de la asignatura de Religión es uno de los claramente controvertidos de este anteproyecto. Se amplía el número de horas de esta asignatura en toda la secundaria y se establece obligatoriamente una materia optativa a la Religión al resto del alumnado. 
  • Sin agotar los posibles puntos que merecen un análisis y reflexión  más profunda, citaremos por último el relativo a la separación de niños y niñas en las aulas. En el anteproyecto se contempla la posibilidad de subvencionar los centros en los que se imparte una educación diferenciada por sexos.


Tras la lectura de las modificaciones que se hacen a la LOE y de los enunciados a veces contradictorios del anteproyecto y un análisis global del mismo nos preguntamos si no se trata más bien de un listado  de intenciones y propuestas que se atribuyen por el solo hecho de su enunciado la solución de los problemas endémicos del fracaso escolar,  el abandono temprano y los bajos resultados obtenidos en las pruebas PISA.


Sería conveniente hacer algunas consideraciones sobre esas pruebas: los resultados se diferencian por comunidades autónomas, dándose el caso de algunas que superan la media de la OCDE; por tanto, no se pueden atribuir con la contundencia que se proclama repetidamente en el anteproyecto los “pobres resultados” al sistema actual. Al mismo tiempo, en el mismo informePISA se contempla nuestro sistema educativo como el 2º país que ha corregido mejor las desigualdades sociales en términos de equidad y el 4º mejor del mundo en lo que se refiere a la corrección de las diferencias socioeconómicas con que los alumnos llegan a éste. Resulta sorprendente que estos logros no se estén considerando ni difundiendo con la suficiente atención.


Por la influencia que tendrá en nuestro futuro inmediato como sociedad, porque la educación nos hace mejorar como país y como personas y porque afecta de forma directa a las vidas de las familias, de todos los niños y niñas, jóvenes y personas adultas, este Anteproyecto de ley Orgánica para la mejora de la calidad educativa merece nuestra reflexión y atención. Desde esta publicación invitamos a la participación en ese necesario debate y compromiso con la educación.

Consideramos que una reforma sensata debe partir de un análisis riguroso de la situación actual y tener en cuenta la evolución que ha experimentado la educación en nuestro país en los últimos 20 años. ¿No se deberían hacer las modificaciones y ajustes pertinentes partiendo de la realidad de las aulas y de un diálogo activo con el profesorado, asociaciones, sindicatos y demás colectivos?  La experiencia acumulada en estos últimos años podría dar fruto mediante un intercambio de opiniones en profundidad, tendente a un pacto asumido por las distintas tendencias políticas y sociales y comunidades autónomas que cristalizara en una reforma que resuelva los grandes problemas que tiene planteada la educación en nuestro país, como la atención personalizada al alumnado en primaria y secundaria, que integre al alumnado en el sistema educativo, evitando su salida, al tiempo que se mejore la calidad de la formación de todos los alumnos y alumnas.

2 comentarios:

Valeriano Rosales dijo...

Una ley sin consenso y sin dinero no tendrá un recorrido extenso. Eso lo deberíamos haber aprendido pero está claro que necesitamos más formación democrática.
Por ello pido una ley que esté consensuada y que incida más en la cooperación. ¿ Es eso pedir demasiado?

Anónimo dijo...

Me apunto a este debate, como punto de partida me interesa decir que creo muy oportuno que un niño de Algeciras debe estudiar en los mismos textos que uno de Madrid ...o de cualquier sitio de España.
La otra autonomía, la universitaria ha dado como resultado el desastre que vivimos ahora mismo, tanto económico como formativo. Se ha puesto en manos de gestores nombrados a dedo por los políticos la gestión del dinero público y éstos con escaso conocimiento y sin ningún criterio práctico han ido montando titulaciones con el único objetivo de demostrar "quien la tiene más grande".
Porque a ver quién me dice para qué queremos en Andalucía OCHO universidades que impartan PSICOLOGÍA. Si fueran privadas, sin comentarios, mis respetos a los empresarios, ellos arriesgan ellos ganan o pierden pero si esas universidades se pagan con mis impuestos ni hablar del peluco .....
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bueno ya me he extendido demasiado, saludos.

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